La regulación de la Unión Europea sobre Inteligencia Artificial: Avanzando hacia la protección y transparencia
La Unión Europea ha dado un paso importante en la regulación de la inteligencia artificial con la aprobación del ‘Artificial Intelligence Act‘ por parte del Parlamento Europeo. Este proceso fue iniciado en 2021 y actualmente el Consejo Europeo está en conversaciones con los estados miembros sobre la forma final de la ley, para alcanzar un acuerdo a finales de este año.
Objetivo: establecer un marco sólido para el desarrollo y uso responsable de sistemas de inteligencia artificial.
Uno de los aspectos centrales de esta normativa es la protección de la privacidad de la ciudadanía. Para ello, se prohíben prácticas intrusivas como la identificación biométrica remota, la creación de bases de datos de reconocimiento facial mediante imágenes de Internet y el empleo de software de reconocimiento de emociones. Además, se consideran de alto riesgo los sistemas de recomendación utilizados por grandes redes sociales.
La transparencia y el etiquetado son varios pilares fundamentales de la regulación. Las empresas estarán obligadas a etiquetar claramente los contenidos generados por la inteligencia artificial y revelar los datos protegidos por derechos de autor que se utilizaron para entrenar los modelos fundacionales.
Así, la regulación también diferencia entre modelos de inteligencia artificial más genéricos y aquellos que son considerados IAs generativas, como el modelo GPT-4 desarrollado por OpenAI. Para las empresas que crean y gestionan estos modelos, se establecerán regulaciones más estrictas, lo que también afecta a sistemas similares como ChatGPT o Bard.
En el contexto de estas acciones, España jugará un papel crucial, ya que hemos asumido la presidencia del Consejo Europeo en el mes de julio, por lo que se espera que el gobierno español desempeñe un rol destacado en las negociaciones interinstitucionales para la implementación de la regulación de inteligencia artificial en toda la UE.
Con esta regulación, la Unión Europea busca establecer un equilibrio entre el fomento de la innovación tecnológica y la protección de los derechos y privacidad de sus ciudadanos y ciudadanas. Esta iniciativa marca un hito importante en el camino hacia un uso responsable y ético de la inteligencia artificial, y su implementación puede sentar un precedente a nivel mundial en el ámbito de la regulación de esta tecnología en beneficio de la sociedad.
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